martes, 26 de febrero de 2013

Mateo 23:12

Mateo 23:12 y el Orgullo

"Porque el que a si mismo se engrandece, sera humillado; y el que se humilla, sera engrandecido"



Pueden leer el capitulo 23 completo para ver lo que Jesús tiene que decir acerca de este tema. Y es que este tema del Orgullo nos ha estado atosigando desde la creación. Recordaran como Adam desobedeció a Dios buscando engrandecerse y por eso estamos en mundo bajo las condiciones que vemos. Es este orgullo el responsable de que las personas no logren hacer las paces con Dios y mucho menos entre ellos.

Pudiéramos decir nosotros mismos, que bajo esa situación hubiéramos hecho algo diferente? Sabemos que somos débiles, y que en algún momento también hemos pecado, pero seriamos capaces de desobedecer a Dios cuando Él nos dio una orden cara a cara? Oremos porque no sea así. Pero es que en este mundo se nos ha enseñado desde pequeños que debemos buscar el reconocimiento de nuestros padres, profesores, compañeros, jefes y de la multitud. Hemos aprendido la importancia de hacer cosas buenas, pero también de que deben reconocernos por hacerlas. O no nos molestamos cuando prestamos un bolígrafo a alguien y no nos dan las gracias? O cuando sabemos que le ahorramos miles de dólares a la empresa donde laboramos y nuestro jefe apenas nos menciona en el proyecto? 

Yo mismo me he encontrado muchas veces sediento de grandeza y soñando con los momentos en que mi esfuerzo y mis logros sean reconocidos por haber marcado una diferencia positiva en el mundo. Las intenciones son buenas, pero ese orgullo que viene con ellas es un veneno que poco a poco te va nublando la vista hasta el punto llegas a olvidar cuales eran tus intensiones y solo recuerdas el sabor a reconocimiento que tanto anhelas.

Pero no todo está perdido. Que grandioso es el Señor que nos muestra los síntomas de un corazón con soberbia y al mismo tiempo nos da la cura: “Cuando hayan comido y estén satisfechos, y vivan en las buenas casas que hayan construido, y vean que sus vacas y ovejas han aumentado, lo mismo que su oro y su plata y todas sus propiedades, no se llenen de orgullo ni se olviden del Señor su Dios, que los saco de Egipto, donde eran esclavos;” (Dt 8:12-14). El agradecimiento nos recuerda como no estamos solos, como nuestros logros no son nuestros sino que el Señor nos los ha facilitado. Desde lo más simple como es comer hasta la obtención de ganancias o estar en un nivel social mejor, todo debemos agradecérselo al Señor. 

Les pido a ustedes (los lectores) que cada vez que oren a Dios, comiencen agradeciéndole tanto por las bendiciones que les ha dado como por las incertidumbres y dolores que sienten. 

Oremos porque nuestra fe y humildad crezca cada día, y que podamos reconocer la obra de Dios en nuestras acciones.

Bendiciones para todos!

3 comentarios:

  1. una vez escuche que el orgullo, sino el peor, al menof fue el primer pecado en manifestarse, y es bien cierto que todos tenemos que lidiar dia tras dia con el orgullo. Gracias por ponernos en guardia nuevamente!

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  2. Como anillo al dedo, amén!.

    Tienes toda la razón. A veces creemos que "Merecemos" ser reconocidos como si fuese obligatorio como respuesta a nuestras acciones. Y hay de si no lo hacen... nos molestamos y a veces hasta decidimos dejar de hacer lo que estabamos haciendo bien.

    Se nos nubla la cabeza y no recordamos que la Palabra dice "..todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres"...

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  3. Gracias Karl!
    Definitivamente creo que demasiadas veces nos encontramos con esa sed de reconocimiento y de que nos exalten por nuestros logros. Creo que algo que tambien nos ayuda a combatir el orgullo es el mantener la perspectiva de que cuando hacemos cosas grandes o admirables, no las hacemos para engrandecernos a nosotros mismos. Las hacemos para engrandecer el poder de Dios, sí, ya que El es quien las hace posibles, pero tambien las hacemos para bendecir a otros con lo que nosotros hemos sido bendecidos. Si tenemos tanto talento, inteligencia, sabiduria, habilidades, dinero, popularidad, etc....hemos sido bendecidos para poder disfrutar de todo eso, pero no para quedarnos nosotros solos con los frutos que esto nos traiga, si no para fungir como MANOS y PIES del Señor, para ACTUAR, y con ello ayudar a nuestros hermanos que puedan estar en necesidad. A mi parecer, esto es gran parte de la humildad, el saber que lo que logramos y lo que podemos hacer no es para llenarnos el ego, si no mas bien porque tenemos algo que hacer por otro.
    Pidámosle a Dios que abra nuestros ojos y nuestros corazones para poder ver a quien podemos ayudar con los logros y talentos con los que nos ha bendecido!

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