José siguió buscando a sus hermanos, y los encontró cerca de Dotán. 18 Como ellos alcanzaron a verlo desde lejos, antes de que se acercara tramaron un plan para matarlo. 19 Se dijeron unos a otros:
—Ahí viene ese soñador. 20 Ahora sí que le llegó la hora. Vamos a matarlo y echarlo en una de estas cisternas, y diremos que lo devoró un animal salvaje. ¡Y a ver en qué terminan sus sueños!
21 Cuando Rubén escuchó esto, intentó librarlo de las garras de sus hermanos, así que les propuso:
—No lo matemos.22 No derramen sangre. Arrójenlo en esta cisterna en el desierto, pero no le pongan la mano encima.
Rubén dijo esto porque su intención era rescatar a José y devolverlo a su padre.
23 Cuando José llegó adonde estaban sus hermanos, le arrancaron la túnica especial de mangas largas, 24 lo agarraron y lo echaron en una cisterna que estaba vacía y seca. 25 Luego se sentaron a comer. En eso, al levantar la vista, divisaron una caravana de ismaelitas que venía de Galaad. Sus camellos estaban cargados de perfumes, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto.26 Entonces Judá les propuso a sus hermanos:
—¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte? 27 En vez de eliminarlo, vendámoslo a los ismaelitas; al fin de cuentas, es nuestro propio hermano.
Sus hermanos estuvieron de acuerdo con él, 28 así que cuando los mercaderes madianitas se acercaron, sacaron a José de la cisterna y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata. Fue así como se llevaron a José a Egipto.
Cuantas veces no nos pasa como a Rubén y a Judá. Sabían que la decisión de sus hermanos de matar a José no estaba bien. Buscaron de cierta manera disuadirlos de su decision, pero no de frente. Lo hicieron de manera disimulada y es posible que lo hicieron no tanto para prevenir el mal que planeaban, si no para aliviar su conciencia. A veces no confrontamos lo que sabemos que es incorrecto. La mayoría de esas veces no lo hacemos porque como dice la reflexión, "nuestro temor es mas grande que nuestro respeto por lo justo". Y muchas de esas veces, a lo que tememos son cosas sin importancia. Aunque se dice que "hablando las personas se entienden", hay situaciones en que debemos ir un paso más alla y "levantarle la voz a las personas", claro, con amor siempre. La idea es hacerlas entender y que entren en razón.
Tengan esto presente y no dejen pasar la próxima ocasión de corregir a alguien en amor.
Ya pronto nos vemos!! Y estoy muy contenta por eso :) Feliz fin de semana!
Wow, Laura, muy cierto, a veces hasta es necesario que nos levantemos la voz interior a nosotros mismos, cuando tambien sabemos que nuestras acciones no estan bien encaminadas, en amor... me gusta eso, cuantas veces lo olvido...
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